MIEDOS

Volar es sinónimo de libertad, de autonomía, de independencia, de goce. Mirar una gaviota no puede más que traernos en la mente una sensación agradable.
Existe un porcentaje muy grande de personas que no pueden disfrutar volar en avión. No pueden entender que alguien dirija su vida por unas horas. No es tan malo dejarse llevar y confiar. 
El deseo de muchos es quiero disfrutar, quiero sentir placer por volar. Pero hay también quien no puede disfrutar de momentos más simples. 
Muchas veces aparecen los miedos como los grandes protagonistas y culpables del no gozar, no disfrutar, no permitirse, no relajarse.
Los miedos son quienes nos advierten de peligros, de riesgos del afuera, pero también del adentro nuestro. Son nuestras alarmas. Prestemos atención cuando nuestro cuerpo nos advierte con señales situaciones que nos molestan y de las que queremos huir.

NIÑOS DESAFIANTES

Cada vez son más frecuentes las consultas por problemas de conducta en niños. Muchas veces el conflicto se presenta tanto en el colegio como en la casa o, en uno de esos dos lugares. Los padres desesperados acuden a la consulta con sensación de frustración y agotados.
Es sumamente importante poner el foco en las cosas que el niño hace bien para lograr algún cambio, evitando los etiquetamientos.
Comprendiendo los padres lo que busca el niño se revela su propósito. En mi trabajo busco constantemente respuestas alternativas tratando de no utilizar aquellas que han fracasado.
La idea es lograr un clima de respeto mutuo entre todos los miembros de la casa y correr al niño del lugar negativo que viene ocupando. Hay familias en las que el cambio resulta más fácil que con otras pero cada paciente es para mí un nuevo desafío.