SALA DE MAESTROS: EL SILENCIO DE LOS CORDEROS

FUENTE: Joaquín Rocha, Lic. en Psicología especialista en Educación para la Comunicación
El temor o el silencio no pueden ser los pilares de ningún proyecto educativo sano, como así tampoco, la dinámica oculta de cualquier comunidad educativa.
Sin embargo el miedo a ser despedido esta instalado en la cotidianeidad de los docentes privados producto, la mayoría de las veces, de cierto discurso de los directivos, representantes y apoderados legales.
Frases como "cuida tu fuente de trabajo", "si no te gusta podés renunciar", "si te gusta o no es tu problema" hacen su aparición cada vez que un docente privado saca a relucir sus derechos. Acto seguido comienza esa sensación real de sentirse señalado como "la oveja negra"de la institución.
El miedo es una emoción que inmoviliza, neutraliza a la persona que la experimenta, no le permite actuar ni tomar decisiones; como resultado no le permite vivir, si acaso existir. Desde ya acarrea consecuencias negativas en la salud. El miedo siempre ha servido para formar ejércitos de esclavos.
La persona que actúa bajo la presión de ser despedido permite de alguna manera ser agredido por sus superiores, acatar ordenes que no le facilitan su tarea, reprimir su verdadera personalidad, guardar sus opiniones, evitar quejarse y al final hace de su trabajo, no ya la acción de su vocación sino un lugar donde va a cobrar un sueldo.
Esta emoción, el miedo, no permite vivir vidas significativas, ni mucho menos tener vínculos gratificantes. Todos los docentes privados o no, deben estar concientes de sus derechos, para ésto debe conocerlos. Una oportunidad de ésto sería el pertenecer a algún sindicato pero la realidad dice que esto ya es motivo de "ser malmirado". Otra vez el miedo al servicio del poder.
También debe estar conciente de los manejos a los cuales está expuesto. Hay dos tipos de manipulaciones: una dirigida hacia la persona y otra a su entorno. Esta última tiene la finalidad de convertir a los demás en sus cómplices para que colaboren generando más miedo y no se haga evidente lo obvio.
Cuando la manipulación se dirige directamente al docente se hace a través de un discurso q atribuye a quien esgrime sus derechos actitudes de mala fe y como si se tratara de un espejo carga al otro de los propios errores y los propios miedos. Al miedo sólo lo combate la acción. Tengamos siempre presente que el silencio no es salud.
Es muy habitual que el acosador atribuya a la víctima actitudes de mala fe sin pruebas de ello. El acosador atribuye o "acosa" a la víctima de sus propias intenciones como si se tratara de un espejo, atribuye a la víctima, sus propios errores y sus propios miedos.

¿Cómo pueden los padres ayudar desde el hogar a sus hijos en los estudios?

Que los niños duerman lo suficiente
Que vayan al colegio desayunados.
Que los estudios sean un tema de conversación más.
A la hora de ayudar al niño, la pareja debe estar implicada.
Valorar los estudios.
Transmitir siempre la idea de que los estudios son responsabilidad del niño, no de los padres.
Elaborar con el niño un horario de estudio en casa.
Garantizar unas condiciones ambientales positivas.
Supervisar y elogiar.
Mantener contacto y colaboración con el colegio.
Ofrecer ayuda directa en determinadas circunstancias.
Procurar el bienestar psicológico del niño.
En el caso de que presente dificultades de aprendizaje, tratarlas previamente.

Otros criterios para la elección de una Escuela

Ninguna Institución por mejor que sea cubrirá todas las expectativas de la familia.

Hay chicos a los cuales
el colegio que los padres elegirían les resultaría terriblemente exigente y no están en condiciones de hacerlo ni de disfrutarlo. Puede suceder al revés también. Que los padres crean que va a ser muy difícil y a lo mejor es un chico que está en condiciones para una mayor exigencia. Esta diferenciación entre cuál es el colegio que es bueno para un chico y el que uno hubiera querido es una diferencia importante. Obliga a mirar más a los hijos que a un proyecto propio.

Todos los padres pueden y deben detenerse a pensar qué es lo que sus hijos pueden y les gusta o no. Seguramente hay papás más acostumbrados a hacer este ejercicio que otros, pero lo importante es que todos pueden hacerlo.

Por otro lado es muy importante conocer cuál es el Proyecto de la Escuela,
lo que significa conocer cuál es el criterio de la Institución acerca del lugar del alumno, del lugar del docente, cuál su responsabilidad sobre el aprendizaje de los alumnos; la importancia que tienen los aprendizajes, los deportes, el arte, los aspectos emocionales, los grupales. La relación con otros proyectos, como pueden ser proyectos solidarios o sociales.

También es clave indagar acerca de cómo se maneja la cuestión de los límites, qué pasa con las sanciones, qué pasa cuando un alumno no hizo la tarea, cuáles son los criterios de evaluación, qué actitud toma la escuela cuando a un alumno no le va bien.


En una entrevista es conveniente que los papás vayan con algunas preguntas previas, relacionadas con el proyecto de la escuela y con los aspectos que a cada familia le interesa; pero la idea es ir a escuchar. Cuando uno escucha descubre otras preguntas.

Qué tener en cuenta al elegir la escuela para nuestros hijos?


La escuela es el lugar donde tus hijos harán amigos, aprenderán valores y vivirán experiencias que quedarán para siempre en sus recuerdos. Por eso es tan importante pensar bien antes de elegir en cuál inscribirlos.


Algunas preguntas para pensar y conversar antes de comenzar la búsqueda:

¿Queremos darle a nuestro hijo una enseñanza laica o religiosa? Y si optamos por darle formación religiosa... ¿queremos que ésta sea dada en casa, en una institución extraescolar o dentro de la escuela?

Otra pregunta básica: ¿privada o estatal? A diferencia de lo que suele suponerse, esta decisión no siempre se relaciona con el poder adquisitivo. Muchos padres prefieren que sus hijos se relacionen con chicos de todas las extracciones sociales y económicas. O, por su ideología, adhieren a una educación estatal, y eligen darle la formación complementaria de idiomas, computación o deporte. Por el contrario, otros papás prefieren que sus chicos se relacionen con otros niños de familias similares a la propia, de su misma religión, ideas o valores.

Además de privada o estatal, laica o religiosa, también hay otros criterios. Hay escuelas de disciplina más rígida o más flexible, distintas formas de concebir el proceso de enseñanza-aprendizaje, colegios pequeños que recién comienzan su proyecto y grandes escuelas donde funcionan jardín, EGB (Primaria) y Nivel Medio (Secundaria) desde hace muchos años; escuelas que privilegian un aspecto en la enseñanza que brindan (un idioma, religión, tradiciones, arte, deportes).

Es importante tener en cuenta la cantidad de horas que un niño pasará en la escuela. No tiene el mismo efecto en todos los chicos, algunos niños no pueden tolerar un jornada completa, éste es un aspecto muy importante a tener en cuenta.

Es útil que los papás visiten las instalaciones de los colegios-candidatos, se entrevisten con los directores y se informen, entre otras cosas, sobre la cantidad de alumnos por grado, las medidas disciplinarias que se acostumbran aplicar, cuál es la oferta de servicios extracurriculares, talleres, deportes, idiomas, entre otros.

Elegir colegio implica elegir un marco social en que se insertarán el chico y su familia, un posicionamiento social, económico y laboral futuro, un conectarse con las experiencias escolares pasadas de los propios padres; en fin, un proyecto familiar a largo plazo que es muy fuerte.

La premisa esencial, por supuesto, es que el proyecto educativo coincida con los valores de la familia. Al respecto, antes de salir a buscar desesperadamente a preguntar a hermanos, cuñados, primos y amigos, se aconseja que la pareja o la familia se plantee qué educación quiere para sus hijos. De la decisión sobre la cantidad de horas que el niño pase en la escuela dependerá la elección de una institución de jornada simple (en este caso se verá si se lo inscribe en el turno mañana o el turno tarde), o una de jornada completa (desde las 8 hasta las 16, en la mayoría de ellas).

Hay escuelas orientadas hacia el arte, la informática, los idiomas, el deporte... ¿Qué será mejor para el niño?: Hay que mirar al hijo, observar cuáles son sus posibilidades e intereses y elegir en función de ese chico y no del niño que uno fue, porque este es uno de los errores más comunes en los que solemos incurrir los adultos.