TGD Y ADD: REFLEXIONES

No se soluciona haciendo repetir al niño una salita de jardín de infantes o medicándolo porque hay una falla en el proceso de integración madurativa, emocional/cronológica, que con el tiempo se irá acentuando si no se hace un tratamiento psicológico serio. Si bien, en ciertos casos, la medicación ayuda y es importante la posibilidad de contar con esta ayuda, es fundamental cómo se la indica. En primer lugar, los padres deben saber que sólo es una herramienta que debe ser utilizada como un segundo recurso, para facilitar un tratamiento psicológico que incluya al niño y a su familia. El futuro de ese niño está en juego, la medicación no cura, sólo los tranquiliza, pero encubre la verdadera patología que se manifiesta más adelante cuando ya se han producido deterioros que profundizan a lo largo de la vida, perdiendo años vitales para su recuperación.
TODOS LOS NIÑOS NACEN CON UNA POTENCIALIDAD VIRTUAL SANA.
Esta virtualidad puede empezar a perturbarse desde los primeros momentos, cuando los padres, por más cariño que les tengan y por más amor que les prodiguen a sus hijos, pueden generar formas de relaciónque pueden producir daño y sufrimiento.
Entiendo la angustia de los padres ya que más allá de la preocupación de "querer ser buenos padres", esto es más fácil cuando se puede serlo por haber podido conocer la felicidad por experiencia propia, como hijo que pudo contar con sus padres.
Los niños que no pueden sostener la atención en el colegio, no pueden permanecer sentados y dan muestra de ansiedad o están como ausentes, como idos, están expresando a través de estas conductas, diferentes conflictos que son los que debemos desentrañar para poder ayudarlos.
Numerosas familias deambulan por consultorios médicos buscando el diagnóstico orgánico, pero en todas es evidente el trastorno emocional: historias de vida muy duras pero no elaboradas, exagerada ansiedad de uno de los padres o de ambos, ansiedad de uno combinado con violencia del otro o abandono, son los más recurrentes.
Lamentablemente en el mundo actual es mucho más creíble el camino de la tecnología, que el poder del camino del diálogo, el tener en cuenta al otro, el ser reconocido, escuchado, cuando esto es lo único que aporta la confianza en uno mismo y la salud emocional.
Es bueno poder darse cuenta de esta dificultad y pedir ayuda.
El TGD o el ADD son cuadros psicopatológicos con o sin causa orgánica, y el tratamiento deberá incluir a toda la familia que no se da cuenta qué es lo que los llevó a esa situación. La medicación por sí sola NO CURA, sí puede ser uno de los recursos pero ni el único ni el primero y que debiera ser parte de un tratamiento más de fondo que trabaje sobre las interdependencias patógenas familiares. Si bien el diagnóstico tranquiliza a los padres porque creen que ya saben lo que tiene el niño, lo rotula y lo estigmatiza.
La mirada de los padres hacia el hijo tiene un poder muy fuerte sobre éste, e influirá como una marca en el modo en que él podrá mirarse a sí mismo, paradojalmente el diagnóstico aporta una marca que en lugar de ayudar lo dejará atrapado en ese mismo rótulo.