- Dar una palmada para que se porten bien.
- Dar órdenes sin explicar el por qué, persiguiendo el propio interés.
- Gritar a los niños para que obedezcan.
- No atender a las necesidades reales de los hijos.
- Invadir la privacidad a la que todo ser humano tiene derecho.
- Provocar traumas emocionales. Todo niño tiene la capacidad de comprender un "no" sin que le cause daño, siempre que no esté acompañado de agresiones físicas ni morales. Lo que provoca traumas y problemas emocionales es la falta de amor y de cariño, seguida de injusticia, la violencia física (por lo general comienza con una palmada), humillaciones y falta de respeto entre otras cosas.
ARTÍCULOS, ORIENTACIONES, REFLEXIONES PARA PADRES, DOCENTES Y PROFESIONALES
Poner límites no es...
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