Es imprescindible que la piel de la madre esté en contacto con la piel del bebé desde los primeros momentos; esto prepara al niño para un buen desarrollo.
La pérdida de la experiencia de estar adentro del vientre materno se mitiga con un buen contacto físico, el cual, justamente, le permite elaborar la pérdida. Esta relación física es totalmente necesaria luego del nacimiento, y sólo de manera gradual podrá ser reemplazada por otras formas de contacto.
La carencia de esta relación satisfactoria trae como resultados trastornos en el contacto con la realidad y lo predispone a enfermedades de la piel.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario